domingo, 11 de agosto de 2013

Con el Papa y con la Misa (1)

Mucho se ha escrito, también en esta página, sobre la intervención de la Santa Sede en el instituto de los franciscanos de la Inmaculada. Por lo general la medida ha causado perplejidad e indignación, especialmente por la prohibición a sus sacerdotes y religiosos de usar la forma extraordinaria del Rito Romano, salvo autorización expresa. También ha habido algunas respuestas que justifican o comprenden la medida. Desearía poder debatir con nuestros lectores algunos argumentos:

1º) Algunos opinan que no conocemos la situación interna de los franciscanos de la Inmaculada, y las razones de peso que han llevado a la Santa Sede a intervenirlos.
A este argumento debemos responder que es cierto: no conocemos los problemas internos del instituto, la existencia o no de faltas graves o leves. Y por ello desde esta página no se ha cuestionado el nombramiento de comisario apostólico, sino la prohibición de la Santa Misa tradicional. 
2º) Otros afirman que la decisión la ha tomado el Papa, ex-auditu, lo cual exonera de responsabilidad al Cardenal Braz de Avis y a Monseñor Carballo, firmantes del decreto. 
Sí. Se acata lo que el Santo Padre diga (y así lo han hecho los franciscanos de la Inmaculada); pero eso no exonera de responsabilidad a los promotores y redactores de un decreto inicuo. Voy a explicar porqué:
Al Papa le leen el decreto y da el visto bueno; evidentemente el Papa está conforme. Es más, incluso podemos convenir que el Papa no simpatice con la forma extraordinaria y le haya parecido bien la medida para este instituto. Pero el decreto, en lo que respecta a la prohibición de la Misa tradicional, tiene varios aspectos que lo hacen imprudente. Es injusto pues castiga a inocentes con una prohibición discriminatoria; es inoportuno porque colisiona con el magisterio de Benedicto XVI y, si me apuran, con el de Juan Pablo II; y es temerario porque ha provocado dolor e indignación en un número considerable de fieles. Y esto debían haberlo previsto los redactores del decreto antes de involucrar al Santo Padre.
Hubiera bastado que el decreto ordenara la libre coexistencia de ambas formas en todas las iglesias de estos franciscanos. Pero ¿meterse hasta en las misas privadas de cada sacerdote? ¿Y en la atención de los párrocos a sus fieles? Con el decreto en la mano un sacerdote franciscano de la Inmaculada no puede ni rezar el breviario tradicional. Pero si mañana abandona el instituto, puede oficiar todas las misas tradicionales que quiera. Todo es ridículo.
Obediencia al Papa, por supuesto. Ya lo están obedeciendo. Pero el Papa no está para respaldar decretos que no sean impecables, y este dista mucho de serlo, porque no es justo y porque no es sano que la Santa Misa se mezcle con medidas correctivas. 
3º) ¿Papa Francisco versus Papa Benedicto?.
No. No somos los blogs los que estamos confrontando ambos Papas. Es el decreto, aunque sea para un solo instituto, o aunque fuera para un único presbítero. Hace pocos días el Papa Francisco dijo que el Beato Juan Pablo II ya había resuelto definitivamente que las mujeres no pueden ser sacerdotes. Pues bien, el Papa Benedicto XVI ya resolvió que el misal tradicional no había sido nunca abrogado. ¿A que viene ahora la Congregación para la Vida Consagrada a invadir un campo que ya está resuelto?. 
4º) Estamos perjudicando a los franciscanos de la Inmaculada, dicen algunos.
El superior con espíritu filial y manso, ha manifestado su adhesión al Papa y su desvinculación a cualquier iniciativa de protesta. Esto demuestra lo fieles que son. Pero los demás no podemos callar, porque no es solo una cuestión interna de este instituto: lo que se ha visto afectado es el derecho universal a la Liturgia tradicional.
Queremos estar con Su Santidad el Papa y con la Misa tradicional. Lamentablemente a los franciscanos de la Inmaculada los han obligado a elegir entre una cosa o la otra. Y esto no queremos que vuelva a ocurrir. No queremos elegir entre la fidelidad al Papa y a la adhesión a la Liturgia que han vivido innumerables santos y mártires durante siglos. Esta dicotomía es perversa, innecesaria y no hace ningún bien a la Iglesia. Tan perversa como hacer elegir a un niño entre su padre o su madre.  

El Cardenal Bergoglio, hoy Romano Pontífice,
con casulla romana tradicional.
Confirmaciones en la Basílica de San Lorenzo extramuros, 18 de febrero de 2012 

7 comentarios:

  1. No lo deseo, pero si me ponen en la tesitura de elegir entre la Santa Misa Tradicional y la fidelidad al Papa, ya tengo la respuesta.

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  2. No puedo debatir nada porque estoy de acuerdo con todo cuanto dice el artículo. Yo lo resumo en pocas palabras: la restricción del derecho a celebrar la forma extraordinaria impuesta a los Franciscanos de la Inmaculada es absurda y desproporcionada.

    Por cierto, ¿en las basílicas romanas se permite que los monaguillos acoliten con calzado deportivo, como se ve en la foto?

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. El decreto es inválido porque los interventores no tienen autoridad suficiente para contradecir un Motu Proprio de un Sumo Pontifice.

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  5. Aún estando de acuerdo en lo esencial del escrito, Yo no soy el Rafael que firma el comentario de las 01.27. Tenemos que cuidar estos detalles y que cada cual apechuga con sus palabras. Soy sobradamente conocido del blogger y le pido al otro Rafael que cambie el nick o yo cambiaré el mío. Gracias.

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  6. Realmente no solo no se han hecho las cosas bien sino que se hace un daño innecesario. Muy preocupante que nadie en una segunda lectura haya sido capaz de enmendar el desastroso decreto.

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  7. tenga Rafael, borro el comentario ... mejor no se prive de ese bello nombre si lo que desea es seguir opinando, ademas es poco el interes en si que me adhiere a esta situacion, ya que es algo de esperarse tarde o temprano.

    Adveniat Regnvm tvvm

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