En los tiempos de la reforma anglicana los católicos fueron perseguidos en el Reino Unido, dando mártires de la Fe, y la Iglesia vió arrebatados sus lugares de culto. Con frecuencia la liturgia católica se refugió en casas nobles cuyos propietarios habían permanecido fieles al Papa. Uno de estos casos fue Oxburgh Hall, mansión que aún continúa en manos de la misma familia, Bedingfeld.
Oxburgh Hall Flickr
Recientemente la Latin Mass Society ha celebrado una peregrinación a Walsingham, una de cuyas paradas ha sido Oxburgh Hall, para la celebración en su capilla de la Santa Misa tradicional, gracias a la generosidad de la familia Bedingfeld. La última fotografía corresponde al "agujero" o habitáculo para esconder al sacerdote en los tiempos de la sangrienta reforma.
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