Los monjes benedictinos de Le Barroux, que siguen el rito romano tradicional, se harán cargo del monasterio trapense de Bellefontaine, en Francia, con mil años de antigüedad, dada la imposibilidad de que la comunidad trapense siga manteniéndolo, por la avanzada edad de sus miembros.
La solución ha sido anunciada por la diócesis de Agers, en la que se ubica el monasterio.
La Providencia ha querido que, tantos siglos después, los benedictinos vuelvan al histórico monasterio que fundaron, después de haber pasado el lugar por diferentes órdenes.

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