sábado, 18 de diciembre de 2021

La gran persecución

Se imponen nuevas reglas terriblemente restrictivas contra la Liturgia tradicional, como si Traditionis Custodes no lo fuera suficiente. El Papa debe estar furioso con que la inmensa mayoría de obispos no ha estado por la labor de desmantelar el legado de San Juan Pablo II, y de Benedicto XVI en vida, ni de reprimir en sus diócesis a unos fieles a los que no ven peligrosidad alguna, ni a unas celebraciones en las que centenares de esos obispos han participado con devoción y gozo.

El desmantelamiento de la Liturgia tradicional sin duda se ha estado gestando durante tiempo. Posiblemente esperaban el pronto fallecimiento de Benedicto XVI pero, al transcurrir años y años sin producirse este óbito, se ha desencadenado ahora con la fuerza de un torrente que llevaba tiempo contenido.

El nuevo documento está encaminado, ya sin ambages, a ahogar el crecimiento de la Liturgia tradicional, manteniendo temporalmente las misas pero suprimiendo la administración del resto de sacramentos, para impedir violentamente que los fieles puedan vivir íntegramente su vida espiritual en la Liturgia secular de la Iglesia. También busca vetar, aún más, el acceso a este tesoro litúrgico a los presbíteros jóvenes. El documento, al final, es una burla incluso de Traditionis Custodes, al imponer por la fuerza unos criterios a los obispos a los que, supuestamente, se les confiaba el discernimiento sobre este tema.

Estamos ante una gran persecución ideológica en el seno de la Iglesia, que no demuestra el fracaso de la Liturgia tradicional, sino el de la Liturgia reformada. No se persigue aquello que no se teme. Y lo que se teme es el crecimiento lento pero imparable de la devoción de miles de cristianos por la Liturgia de la que se nutrieron la mayoría de los santos. Se teme el imparable crecimiento del número de sacerdotes jóvenes a los que el antiguo misal se incorpora como parte fundamental de su vida espiritual. Se temen las vocaciones sólidas de los institutos tradicionales y de los monasterios que adoptan la antigua liturgia, frente a la devastación agónica de aquellas congregaciones de impronta liberal.

Se avecinan tiempos durísimos. Pero las persecuciones les sientan bien a los cristianos. Toda esta operación se basa en una oscura encuesta, sin resultados publicados ni transparencia alguna, en la que se han mezclado las opiniones de buena fe de algunos prelados con las respuestas ideológicas de obispos que en sus diócesis habían obstaculizado y negado Summorum Pontificum; una encuesta cuyas consecuencias posiblemente ya estaban ideadas antes de realizarse, y que por tanto no era más que el instrumento para una ley injusta

Ante lo inicuo y lo absurdo -el Magisterio de los Papas no puede decir una cosa y exactamente lo contrario pocos años después sin escándalo de los creyentes- no queda más que la resistencia. Todos y cada uno de nosotros somos responsables de la preservación del tesoro litúrgico de la Iglesia, llamado en los últimos años forma extraordinaria del Rito Romano. Empezando por los sacerdotes, amparados por la bula perpetua de San Pío V para la celebración de esta Misa, públicamente donde se pueda, en privado o en clandestinidad donde se reprima. 

Han pasado 50 años de la reforma litúrgica pero aún seguimos aquí. Ahora, desgraciadamente, estamos a punto de volver a los tiempos en los que se arrastraba desde el altar a sacerdotes In Persona Christi o les arrancaban el cáliz de las manos como le ocurrió a un santo presbítero español en la basílica de San Pedro. Pero hay que recordar que en estos cincuenta años no ha faltado un solo día en el que un sacerdote, tras declararse indigno ante las gradas del altar e invocar la intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, del bienaventurado San Miguel arcángel, del bienaventurado San Juan Bautista, de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, y de todos los Santos, suba al altar a celebrar el Santo Sacrificio de la Misa. Estos sacerdotes heroicos, y los mártires en tiempos de persecución han de ser ahora nuestros modelos.

7 comentarios:

  1. Lo verdaderamente grave sera que pasara con los institutos y congregaciones traficionales.

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    1. O pasar de Roma o desaparecer engullida en el nuevo ordo.

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  2. El verdadero Hermenegildo18 de diciembre de 2021, 7:51

    La encuesta es una simple coartada para justificar una decisión que estaba tomada de antemano, independientemente de lo que contestaran los obispos.

    Por cierto, los "dubia" al final no dicen nada del Triduo Sacro.

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  3. No puedo más que felicitar y agradecer al administrador por este texto. Suscribo hasta los puntos y las comas.

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  4. Monseñor Lefebvre estará diciendo en el Cielo: ¿veis cómo no nos podíamos fiar de la Roma modernista? Primero, porque es modernista y, segundo, porque es traicionera.

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  5. El verdadero Hermenegildo19 de diciembre de 2021, 12:06

    Esto aleja por muchísimo tiempo la posibilidad de una reconciliación de la FSSPX con Roma. ¿Cómo se va a fiar de una Roma que es capaz de darte la puñalada trapera?

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  6. Francisco no puede salirse con la suya: más buenas noticias de Phoenix

    https://gloria.tv/post/HMd6gFzrs7qN1ZGHkoZC317WC

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