lunes, 20 de julio de 2015

Cardenal Sarah sobre la Liturgia

Su Eminencia el Cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, ha publicado recientemente un artículo en L'Osservatore Romano, que ha traducido la excelente web de la Asociación Litúrgica Magnificat (Una Voce Chile) y que pueden leer completo en el enlace:


Destacamos algunos párrafos:
"La participatio actuosa no debería ser comprendida nunca como la necesidad de hacer algo. En este punto la enseñanza del Concilio ha sido deformada con frecuencia. Se trata, por el contrario, de permitir que Cristo nos tome y nos haga partícipes de su sacrificio.
El sacerdote debe por tanto convertirse en este instrumento que deja traslucir a Cristo. Como ha recordado recientemente nuestro Papa Francisco, el celebrante no es el presentador de un espectáculo, no debe buscar la simpatía de la asamblea poniéndose frente a ella como su interlocutor principal. Entrar en el espíritu del Concilio significa por el contrario cancelarse a sí mismo, renunciar a ser el punto focal. De modo contrario a lo que se ha sostenido a veces, es plenamente conforme con la constitución conciliar y, además, oportuno, que durante el rito penitencial, el canto del Gloria, las oraciones y la plegaria eucarística todos, sacerdote y fieles, se vuelvan juntos hacia el Oriente, para expresar su voluntad de participar de la obra de culto y redentora llevada a cabo por Cristo. Este modo de proceder podría oportunamente ser introducido en las catedrales, donde la vida litúrgica debe ser ejemplar.
Es deplorable que el sagrario en nuestras iglesias no sea un lugar estrictamente reservado al culto divino, que se entre en él con vestiduras profanas, que el espacio sagrado no sea claramente delimitado por la arquitectura. 
El Concilio Vaticano II dispone la comprensión plena de los ritos y, al mismo tiempo, prescribe “que los fieles sepan recitar y cantar juntos, también en latín, las partes del ordinario de la Misa que les corresponde”. 
La Liturgia debe dejar de ser un lugar de desobediencia a las prescripciones de la Iglesia... El Concilio no ha querido romper con las formas litúrgicas heredadas de la Tradición, sino que, por el contrario, ha querido profundizarlas.
Sería también deseable que se insertase como apéndice de una próxima edición del Misal el rito penitencial y el ofertorio del Usus antiquior, a fin de subrayar que las dos formas se iluminan mutuamente, en continuidad y sin oposición".

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