martes, 25 de febrero de 2014

Obispo Elliot sobre "reforma de la reforma"

Diversas webs han debatido, en los últimos días, el fracaso de la "reforma de la reforma" defendida por el Papa Benedicto XVI, incluida la mutua influencia entre ambos misales, el de Juan XXIII y el de Pablo VI. El Pontificado del Papa Francisco, con la simplificación de la liturgia papal y el desapego del Romano Pontífice a la liturgia tradicional supondría, para muchos, el fin de esta tendencia. Otros van más lejos, afirmando que el fracaso de la "reforma de la reforma" ejemplifica la imposibilidad de reformar lo que no tiene arreglo, como es el Novus Ordo, y que para "recrazalizar" la liturgia no hay más camino que volver a la forma extraordinaria.

Un obispo amigo de la Liturgia tradicional, Monseñor Peter J. Elliot, Obispo Auxiliar de Melbourne, ha escrito un artículo publicado en la web New Liturgical Movement, que pueden leer en el enlace en lengua inglesa, su título "La reforma de la reforma no es imposible". 

En resumen, Monseñor Elliot, se muestra contrario a esta visión pesimista y a extraer consecuencias apresuradas de la simplificación en la liturgia papal, como la de dar por enterrada la "reforma de la reforma", prefiere llamarla enriquecimiento, iniciada por el Papa Juan Pablo II y desarrollada por Benedicto XVI. 

Opina que, por otra parte, no es realista pensar que la forma extraordinaria va a convertirse en ordinaria, a la vista de los millones de personas que acuden a las parroquias, satisfechas con la Misa en lengua vernácula. Y plantea que también la forma extraordinaria pueda necesitar una reforma, poniendo sobre la mesa si la Misa tradicional pudiera ser cantada o rezada en lengua vernácula en el futuro.

Hace un llamamiento al realismo, la paciencia y la moderación. Y pide que el don de Summorum Pontificum, concedido por el Papa Benedicto XVI, no se vea comprometido proclamando a voces el total fracaso de la reforma post-conciliar. Este triunfalismo imprudente, opina el obispo, no hace ningún bien a la forma extraordinaria.

Advierte que, de la misma forma, la forma ordinaria tampoco es respetada por aquellos que sacan conclusiones absurdas por las nuevas traducciones del misal o por una simplificación en la liturgia papal.

Monseñor Elliot afirma que esta polémica humilla y desalienta a los que siguen trabajando para enriquecer la liturgia: "para mantener la Pax Litúrgica del Papa Benedicto XVI, todos necesitamos mucha paciencia, y a menudo es la virtud más difícil en el camino cristiano".

6 comentarios:

  1. Muy buenas ideas

    Gratias

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  2. La cuestión no es tanto práctica como téorica. El artículo original del padre Kocik que desató el debate (http://www.newliturgicalmovement.org/2014/02/reforming-irreformable.html#.Uw2-HPl5OCl) no mencionaba la liturgia papal ni los esfuerzos obvios y loables por parte de tantos católicos por embellecer y dignificar el Novus Ordo. Simplemente, afirmaba que el texto del Misal de 1970 nunca igualará al de 1962, por mucho que se mejore su celebración. Hay cambios como el del ciclo de lecturas dominicales, el Ofertorio, el calendario de los santos, la octava de Pentecostés, la Septuagésima, la radical reestructuración del Oficio Divino, etc. que separan el Novus Ordo dramáticamente del desarrollo orgánico de la liturgia romana a lo largo de los siglos, sin que esa fractura pueda resolverse con arreglos "estéticos".

    Hay cosas que se perdieron, más importantes que el incienso y el latín, y que fuera de la Forma Extraordinaria no pueden recuperarse; a menos claro que se forjara una nueva "Forma Ordinaria" completamente distinta.

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    1. + ave María
      Excelente, subscribo absolutamente todo.
      In Christo.
      Servus Mariae.

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  3. Yo creo que el fracaso de la "reforma de la reforma" es tanto más achacable a Benedicto XVI que al Papa Francisco pues el primero no fue más allá de tímidos gestos y consejos en su pretendida "reforma". ¿Hubo acaso alguna reforma de los libros litúrgicos de la forma ordinaria, más allá de alguna traducción bien hecha?

    La "reforma de Benedicto XVI" ha sido muy endeble, por lo que es lógico que a la primera de cambio se haya ido a pique.

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  4. En vista de que, ya sea por timidez (caso de Benedicto XVI) o por desacuerdo (caso de Francisco), va a ser difícil que un Papa acometa a fondo la "reforma de la reforma", ésta ha de partir desde abajo, desde las parroquias, los seminarios, los oratorios... Ahí sí tenemos nosotros algo que decir. Además, una reforma que parta de abajo será siempre más sólida que la impuesta desde arriba.

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  5. + ave María
    Lo de este obispo son paños calientes...
    In Christo.
    Servus Mariae.

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