"La vida es un don de Dios desde los principios de la Creación, don recuperado y restaurado en todo su valor por la ofrenda de su Cuerpo y de su Sangre hecha por amor por el Hijo de Dios e Hijo de María al Padre de toda misericordia. La vida que recibe el hombre de manera sagrada y gratuita por la creación, aparece hoy a la luz de Jesucristo, redentor del hombre, como un don para vivir la plenitud del amor que muere en el tiempo y florece gloriosamente en la ternidad: como el amor más grande que vence verdadera y radicalmente la muerte. Desconocer, despreciar, maltratar y eliminar físicamente la vida del hombre, cualquiera que sea la situación en la que se encuentra desde el momento de su concepcion hasta aquel de su muerte natural, implica el desconocimiento, el rechazo y la destrucción del don de la vida en su totalidad. Esto significa rechazar a Cristo, autor de la nueva vida. Cruel versión contemporánea del pecado original... una radicalización máxima de la negación a Dios, en la rebelión contra El".
Estas palabras han sido recogidas por la web francesa Riposte Catholique.
El Obispo de Cádiz, D. Rafael Zornoza, se negó a ponerse los ornamentos bordados de color celeste que se le habían preparado tanto para la vigilia de la Inmaculada como para la Misa pontifical del día siguiente.
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