domingo, 8 de julio de 2012

Cardenal Burke sobre "Summorum Pontificum"

Su Eminencia el Cardenal Raymond Leo Burke, Prefecto del Tribunal de la Signatura Apostólica, ha concedido diversas entrevistas con motivo del quinto aniversario del motu proprio Summorum Pontificum.

Una entrevista realizada por la Catholic News Agency (CNS), agencia de información de la Conferencia Episcopal Norteamericana, comienza con una cita de la carta del Santo Padre a los Obispos, que acompañó al motu proprio: 
"lo que es sagrado para las generaciones precedentes, permanece grande y sagrado para nosotros, y no puede de repente quedar completamente prohibido o ser considerado nefasto". 
Y se pronuncia sobre la desobediencia al motu proprio:
"No hay ninguna duda de que, en ciertos entornos, se mantiene una resistencia a lo que el Santo Padre ha pedido, a veces es una expresión de desacuerdo con lo que el Santo Padre ordena... pero yo pienso que esta situación está cada vez más superada".
El Cardenal trata de la sacralidad y belleza en la Liturgia tradicional:
"La forma extraordinaria transmite de manera particularmente intensa que es Cristo mismo quien actúa, renovando para nosotros su sacrificio en el Calvario. Hay un sentido pujante de lo trascendente... Encuentro en mis propias celebraciones de la forma extraordinaria en Misas públicas que numerosos fieles que participan, sin haber asistido nunca antes, son atraídos por su belleza".
El Prefecto de la Signatura Apostólica se pronuncia sobre la reforma litúrgica:
"La reforma del rito ha sido hecha en un sentido que no fue, de cierta forma, del todo conforme con aquello que los padres conciliares habían dispuesto... no se trata de decir que el concilio fue malo y erróneo, sino que debemos corregir los abusos y las cosas equivocadas. Tengo la esperanza de que ciertos elementos que han sido suprimidos serán reincorporados de nuevo, de tal forma que la unidad orgánica de las dos formas del mismo rito será más evidente".

Así, aboga por recuperar las plegarias del Ofertorio "muy ricas en el Misal romano de 1962", las preces a pie de altar del comienzo de la Misa, el silencio en el Canon, y la lectura del último Evangelio al final de la Misa "un himno a la encarnación redentora, que fija en la mente la gran realidad con la que el fiel se ha encontrado y en la que ha participado".  El Cardenal señala, por contra, que leer pasajes de las Escrituras en lenguas vernáculas es un gran regalo de la liturgia posterior al Concilio Vaticano II, y que debe ser incorporado en la Misa tridentina.

En entrevista recogida por la página La Nef, el Cardenal Burke afirma:
"Desde la entrada en vigor del motu proprio, constato un interés y un aprecio muy grandes por la forma extraordinaria del rito romano en los fieles en general y entre los jóvenes católicos en particular. Excelentes iniciativas se han desarrollado para promover el conocimiento del motu proprio y su objetivo, previsto por nuestro Santo Padre cuando lo ha promulgado... Es evidente que la aplicación de Summorum Pontificum no se ha hecho de manera uniforme en la Iglesia Universal. En algunos lugares, su aplicación ha encontrado incluso resistencias por parte de aquellos que pretenden no comprender bien sus objetivos o que sostienen que el motu proprio no puede ser aplicado antes de la publicación de la Instrucción concerniente a su puesta en práctica... A aquellos que claman no comprender las intenciones de Summorum Pontificum, les sugiero que relean la Carta a los Obispos escrita por nuestro Santo Padre con ocasión de su promulgación, así como los numerosos escritos del Santo Padre sobre la santa liturgia, publicados antes y después de su elección a la Sede de Pedro. Yo pienso, por ejemplo, en su obra magistral El espíritu de la Liturgia.
Por lo que a mi respecta, la puesta en práctica del motu proprio me ha permitido crecer y profundizar en el conocimiento y en el amor a la santa liturgia, expresión más alta de la fe y de la vida de la Iglesia. Releyendo la carta apostólica misma y la carta a los Obispos del Papa que la acompaña, veo como el Santo Padre ha estado inspirado en dar esta nueva ordenanza litúrgica a la Iglesia universal. Yo mismo he sido testigo de los buenos frutos de esta nueva ordenanza.
En cuanto al futuro, estoy convencido de que la aplicación fiel de Summorum Pontificum contribuirá a la verdadera renovación de la santa liturgia. Tal ha sido el deseo de los Padres del Concilio Vaticano II, pero éstos han sido más o menos traicionados por la forma en la cual su enseñanza ha sido puesta en práctica tras su clausura".


1 comentario:

  1. Este me hubiera gustado para doctrina de la fe y ecclesia dei, pero el Papa manda

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