Recientemente el Santo Padre defendió inequivocamente la vida desde el momento de la concepción, pero hizo además un gesto inédito. Sin que estuviera previsto, el papamóvil abandonó el recinto del palacio apostólico y se dirigió por la vía della Conciliazione al lugar donde se estaban reuniendo los participantes de la marcha por la vida, quienes recibieron la bendición del Romano Pontífice.
Como bien dice el blogger, gesto inequívoco. Oportunísimo y que agradecemos profundamente los "reticentes".A ver si los obispos hacen los mismo en sus diócesis: Bendecir las marchas por la vida. Y se dejan de permanecer de perfil o simplemente escondidos. No todos, pero sí demasiados.
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