viernes, 11 de mayo de 2012

Una visita a Lourdes

Diversos amigos me han escrito interesándose por mi reciente peregrinación al Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, y atendiendo a su interés creo que debo decir al menos algo al respecto. Sería para mí una temeridad explicar lo que es Lourdes, siendo la primera vez que voy. Estoy seguro que muchos lectores han visitado varias veces este enclave mariano, y a los que no lo han hecho tampoco servirán mis explicaciones. Porque es difícil describir de forma acertada la convivencia en un mismo espacio de la alegría, el sufrimiento y la fe. 

Reservándome, por ello, mis vivencias personales como peregrino, comentaré algunas cosas que pueden ser de interés general en este blog. Ya publiqué algunas fotografías que ilustran la presencia de numerosos sacerdotes con ropa talar y religiosos con hábito.

Hace unos meses un lector remitió unas fotografías sobre el antes y después de la neo-bizantina Basílica del Rosario, uno de los tres grandes templos que alberga el conjunto. Vuelvo a reproducir una de las fotografías:


Nuestro amigo lector nos comentaba que el anterior Obispo de Tarbes-Lourdes, Monseñor Perrier, ya realizó unos cambios beneficiosos y de no poca importancia: volver a colocar el tabernáculo en el centro del presbiterio, instalar una sede y un ambón fijo, además el crucifijo en el centro del altar, de estilo románico tardío. 

En reciente mi visita, la disposición del presbiterio era igual a como se aprecia en la fotografía. Aunque cuando la visité, se estaba oficiando la Santa Misa y el crucifijo sobre el altar no lo ví.

Sobre esta basílica se alza la primera iglesia, neogótica, que es donde, en esos días, algunos de los sacerdotes peregrinos que estaban en Lourdes oficiaron temprano con la Forma Extraordinaria del Rito Romano.

Por último está la Basílica de San Pío X, subterránea, todo un alarde de la arquitectura moderna, que me sorprendió saber que había sido edificada antes de la reforma litúrgica. Y que, pese a lo meritorio de su arquitectura y dimensiones, los lectores que me conocen ya sabrán que no era mi favorita. Sí que me agradó en ella los enormes retratos de grandes santos con una breve reseña biográfica.

En las tres iglesias he asistido a actos litúrgicos: misas o rezo de vísperas. El estilo tradicional del nuevo Obispo de Tarbes-Lourdes, Monseñor Brouwet, aún no se deja ver. Son celebraciones que no se apartan de las rúbricas del Novus Ordo, pero la hermenéutica de la continuidad es más bien poca. Ni crucifijos en el altar, ni reclinatorios para la comunión, la música no era de guitarras pero tampoco una gran música sacra, los ornamentos comunes, y me sorprendió la presencia constante de mujeres distribuyendo la Sagrada Comunión. 

En la exposición del Santísimo Sacramento en la basílica de San Pío X, la custodia estaba formada por dos simples aros metálicos y me dio la sensación de que se exponía en un ángulo del altar cuadrado y no en el centro. También me extrañaron los pebeteros: unos platos metálicos en los que ardía incienso y que colocaron en las gradas alrededor del altar. Sin embargo al final de la adoración sí se incensó el Santísimo  con un incensario "de toda la vida" y se cantó el Tantum Ergo.

La procesión nocturna de antorchas es particularmente emocionante y tiene un sabor más tradicional. Los rezos alternan los principales idiomas y algunas de las oraciones se hacen en latín.

Evidentemente esto es lo que ví en los tres días que duró mi visita. No cabe duda que otras celebraciones se harán de manera diferente.

Ya fuera del recinto del santuario, en la antigua iglesia del pueblo donde fue bautizada Santa Benardita Soubirous, el altar si tenía un crucifijo en el centro a la manera del Santo Padre.

2 comentarios:

  1. Querido blogger: Lourdes me encantó por la mezcla que subrayas de alegría, dolor y fe. Y por la evidencia palpable de que estamos en un sacrus locus, una tierra santa. Otra cosa es la liturgia. Como en casi todas partes depende en mucho del capellán que allí existe para cada idioma. En el caso español es de una vulgaridad alarmante, del mismo tono y sentido que en la mayoría de nuestras pobres parroquias. Espero y deseo que el nuevo obispo de la diócesis enmiende esta desgana por hacer bien las cosas.Con la Santísima Virgen y con su Altísimo Hijo todo lo que se haga bien es poco.

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  2. ¿Por qué en los países de católicismo más "progresista" gustan tanto los altares cuadrados? ¿Será porque parecen más una mesa que un altar?

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