Gran ejemplo el de Su Eminencia el Cardenal Raymond Leo Burke, Prefecto del Tribunal de la Signatura Apostólica e inmejorable defensor de la Liturgia tradicional; sin duda uno de esos magníficos prelados que están dando los Estados Unidos de América.
El Cardenal Burke ha participado en la Marcha por la Vida en Roma, el pasado 13 de mayo, haciendo íntegramente el recorrido a la cabeza de un nutrido grupo de clérigos de diversos institutos (Franciscanos de la Inmaculada, Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote, Legionarios de Cristo, Instituto del Verbo Encarnado, etc.) y lo ha hecho saludando, animando y bendiciendo a todos los participantes.
La presencia del Cardenal, miembro de la Curia y persona de la confianza del Santo Padre, contrasta con la ausencia de toda representación oficial de la Conferencia Episcopal Italiana y del Vicariato de Roma.
Nuestro querido, admirado, respetado, reverenciado y bendito cardenal Burke.
ResponderEliminarDios lo guarde para mayores empresas.
¡Disolución de las conferencias episcopales,ya!
Era a propósito del cap. III de la LUMEN GENTIUM -Conferencias episcopales- sobre lo que Congar hizo este comentario con intención elogiosa: "La Iglesia ha hecho pacíficamente su revolución de octubre"
ResponderEliminarFIDEL
¡Gracias, cardenal Burke!
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