El pasado 17 de diciembre se celebró la beatificación de 23 mártires de la Guerra Civil española (22 religiosos Misioneros de María Inmaculada y un seglar) en la Catedral de Nuestra Señora de la Almudena. Dichos mártires fueron fusilados, dando heroico testimonio de fe, entre el 24 de julio y el 28 de noviembre de 1936 en Paracuellos del Jarama.
La ceremonia fue presidida por el Cardenal Ángelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, quien señaló que en aquellos años el "furor contra la religión católica contaminó gravemente a la sociedad como una lluvia corrosiva y ácida" y que aquellos mártires "no eran delincuentes, no habían hecho nada malo, sino que su único deseo era hacer el bien y anunciar a todos el Evangelio de Jesús, que es una noticia de paz, de gozo y de fraternidad".
El Arzobispo de Madrid, Cardenal Rouco Varela, recordó que los mártires "permanecieron firmes en la fe hasta el martirio, perdonando a sus perseguidores y orando por ellos".
Algunos lectores se preguntaban, recientemente, si se mantendría en la Catedral de la Almudena el altar dispuesto conforme al ejemplo del Santo Padre, con crucifijo central. Aquí tienen la imagen para corroborarlo.
ABC
¡Y que así sea siempre! :)
ResponderEliminarNo tiene sentido otra cosa.
No fueron mártires de la Guerra, pues no murieron en acción de guerra, sino de la persecución religiosa, un fenómeno que empezó en España años antes que la Guerra, cuando se proclamó la II República.
ResponderEliminar¡Honor, Gloria y Memoria para nuestros mártires! Víctimas de la mayor persecución religiosa conocida desde Diocleciano. Sentimos orgullo de ellos, nos nos avergonzamos, no pasamos de puntillas sobre ellos, no miramos a otro lado. Y, por supuesto, no cuela que sus verdugos fueron inocentes brutos que no sabían lo que hacían. Sí lo sabían. Era un plan del comunismo internacional de aniquilamiento de todo vestigio de la religión católica y sus fieles. Vean la declaraciones de Monseñor Martínez Camino en la presentación de un libro sobre un tío suyo, sacerdote ejemplar asesinado por la barbarie comunista-socialista-anarquista.
ResponderEliminarPara el que quiera polémica, ahí va: Los padres sinodales del CV II, en su gran mayoría, barajaron desde el principio la idea de condenar al sistema más criminal que ha conocido la humanidad, el comunismo, con sus cien millones de asesinados en sólo un siglo. ¿Quién o quienes y por qué pararon esta iniciativa mayoritaria? Tuvo que venir JP II, que estuvo en el Concilio, para poner las cosas en su sitio y condenar sin dudas y sin temores el sistema que oprimió y martirizó su patria, y medio mundo, durante demasiados años de terror.
Estos mártires elevados a los altares por B.XVI, y los que que van a venir en breve, están haciendo justicia a tanto olvido y a tanta traición como hemos vivido en estos años de plomo postconciliares en lo que a este tema se refiere.