Esta esquizofrenia debe cesar

La primera fotografía corresponde a la nueva capilla remodelada del Seminario de Hildesheim, en Alemania. Aún suponiendo que, en el mejor de los casos, la distribución sea adoptada para la celebración de la liturgia de las horas, todo el conjunto es chocante. El ambón es el centro de la iglesia; el culto católico vive ya una protestantización extrema y la lectura de la Biblia es lo que reúne a la comunidad. El altar, por supuesto sin gradas, pierde interés y está alejado, como un mero trámite. Por supuesto no existe sagrario, y mucho menos reclinatorios o imágenes.

Rorate Caeli

En cambio, el Obispo de Raleigh, en North Carolina, EE.UU. anuncia la construcción de una nueva catedral en su diócesis. Y este dibujo corresponde al el proyecto, encargado al prestigioso gabinete de arquitectura McCrery, que se destaca por realizar iglesias contemporáneas pero que asumen, sin embargo, formas tradicionales que no suponen una ruptura.

New Liturgical Movement

La Iglesia católica admite una gran variedad de estilos. Y también las iglesias fueron cambiando su arquitectura y su distribución a lo largo de los siglos. Sin embargo, a día de hoy, se hace necesario, y urgente, una normativa común para la construcción o renovación de iglesias. De forma que el objetivo de estos templos no sea otro que el facilitar la adoración a Dios y la celebración de la liturgia conforme a los libros litúrgicos que están en vigor, y no hacer imposible el incumplimiento de las rúbricas, como en el primer caso. Porque al final este caos, que deriva del postconcilio, no traerá más que confusión a los fieles.

La Santa Sede, y en especial la Congregación para el Culto Divino, debería pasar de las declaraciones bienintencionadas a adoptar medidas concretas o a proponerlas al Papa. Y tener una presencia menos tibia y mucho más contundente ante los propios obispados para impedir que asistamos a la abolición del culto católico dentro de las propias iglesias.