Bonito testimonio de fe el que nos ofrece, hoy, Monseñor Robert Reed, Obispo Auxiliar de Boston. Sin duda lo que fue bello y sagrado, sigue siéndolo para nosotros:
El misal de mi madre conserva un fuerte testimonio de su fe y piedad eucarística. Mientras el sacerdote se arrodillaba en adoración de la Sagrada Hostia, ella besaba las palabras de la consagración. ¡Sesenta años después, su lápiz de labios sigue ahí!
Maravilla
ResponderEliminarDios tenga en su gloria a Mrs. Reed. El blog New Liturgical Movement recoge también la anécdota y titula con gran tino: «Active participation». En efecto, es una ilustración de cómo la liturgia de siempre favorecía la actuosa participatio de los fieles en la Santa Misa.
ResponderEliminar