Encuentro casualmente esta imagen en un blog. Se trata de una antigua y magnífica iglesia en Gante, Flandes, Bélgica. Perteneció a las monjas clarisas; en 1840 fue vendido a los franciscanos. No se trata de una iglesia largo tiempo abandonada, ya que se estuvo oficiando Misa en ella hasta el año 2004. Hoy es un restaurante denominado Parnassus.
La conversión de las iglesias católicas en lugares de ocio es una clara señal de la secularización de la sociedad. Curiosamente este templo se ha conservado "intacto" como restaurante: los santos, el retablo, el púlpito, los confesionarios. Debe ser que el empresario hostelero tiene, al menos, más "sensibilidad artística" que muchos párrocos.
Que pena!
ResponderEliminarde lo mas triste que he visto
ResponderEliminarLloro y rezo por los los responsables de haber llegado a esto.
ResponderEliminarParece el triunfo de Lutero y Cranmer, la misa como comida comunal.
ResponderEliminarEspero que no tengan una buena digestión.
Gratias
Parece también un ágape kikiano... Así nos va. Cuesta abajo y sin freno.... lugar de llegada?
EliminarNos falta ORACIÓN.
cuando veo esta manera de secularizacion tan garrafal es donde me pregunto si verdaderamente los superiores o incluso el obispado donde se encuentra este restorant en su momento pensaron lo que pasaria, esto tira por la borda miles aquello que señalan con las palabras. Lamentablemente no es algo poco comun ni menos poco rentable y por cierto una pena grande que nisiquiera se sacasen las imagenes a las que tantas veces el incienzo o las oraciones de los fieles impregnaron.
ResponderEliminarYo sería incapaz de comer nada ahí.
ResponderEliminarQ barbaridad...muy triste..no podria comer ahi...
ResponderEliminarHace tres años hice un viaje a Bélgica para visitar un amigo. Trato de ir a Misa todos los días, y durante ese viaje procuré no interrumpir esa costumbre. Sin embargo, el panorama era desolador. El primer día fui a Misa en Lovaina, donde estaba residiendo mi amigo. Había buscando la información de las Misas por Internet, y fui a la iglesia que quedaba más cerca. La iglesia, posiblemente construida en el siglo XVIII, parecía cerrada desde hace años. Como había llegado un poco antes, me dio tiempo de recorrer las calles aledañas y percatarme que esa parroquia ahora funcionaba en el bajo de un edificio de reciente construcción. La sala no tendría capacidad para más de treinta y cuarenta personas. Por supuesto, sólo había sillas, sin reclinatorios, y ninguna división de altura con el presbiterio. Durante la Misa, dicha en flamenco, ninguno de los seis asistentes (todas mujeres de más de 50 años, que tenían aspecto de religiosas secularizadas) se puso de pie o de rodillas en momento alguno. Los dos días siguientes estuve en Bruselas y Namur, y ahí la situación era un poco mejor. En Amberes, en cambio, era todavía peor. La catedral estaba convertida en sala de exposiciones, había que pagar por entrar y sólo se decía Misa en domingo. Las demás iglesias que pude identificar estaban cerradas o habían sido destinadas a usos profanos, principalmente residenciales o artísticos. En todo mi recorrido no puede encontrar más que una capilla abierta, donde no había Misa. Algo similar pasa en muchas otras ciudades de Europa. Una muestra es una de las biblioteca de la Universidad de Luxemburgo: http://wwwen.uni.lu/universite/presentation/galerie_de_photos/library_on_campus_limpertsberg. Por cierto, yo tampoco podría comer en un sitio así.
ResponderEliminarLa falta de fe es obvia, pero ya ni respeto hay por lo sagrado.
ResponderEliminarMe parte el corazon toda vez que veo estas imagenes ! Cuanto Historia sienda hechada a la basura!
ResponderEliminarY nosotros ocupando pequeños templos insuficientes aca en el tercer mundo
ResponderEliminarRealmente me da mucha pena, cómo se puede comer en un lugar así? Los fieles tenemos que rezar mucho y pedir que el Espíritu Santo ilumine al Papa, a los sacerdotes, religiosos y laicos para poder llevar la fe de Xto. a aquellos que la han perdido.
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