Una nueva celebración dominical con la Forma Extraordinaria comenzó el pasado 7 de abril en la Parroquia del Sagrado Corazón, en Salisbury, Carolina del Norte, Estados Unidos. El oficiante es el reverendo Jason Barone, vicario parroquial, de 29 años y ordenado sacerdote el pasado año.
El joven sacerdote explica: "vivimos en una era digital y tecnológica... todo es nuevo, todo cambia, nada permanece igual... lo que me encanta de la Misa tradicional es precisamente su atemporalidad. Dios no cambia, la naturaleza humana no cambia. Pienso que esta adoración atemporal es un puerto que nos da Dios en estos tiempos tan turbulentos".
"Al principio no me gustaba realmente, era muy diferente a mi experiencia de la Misa hasta ahora". Pero su perspectiva cambio un día durante el silencio del sacerdote en la consagración: "El sacerdote no estaba tratando de enseñarme o de entretenerme. Ni siquiera estaba tratando de llamar mi atención. Estaba ofreciendo un sacrificio a Dios Todopoderoso, verdaderamente presente en la Iglesia, y lo estaba haciendo en mi nombre".
"Los jóvenes, que no han conocido otra cosa que el cambio constante en esta vida, parecen atraídos por el orden, belleza y atemporalidad de la Misa".
En Carolina del Norte, diez templos ofrecen regularmente la Misa tradicional.
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