Los Barones de Arundell, en Inglaterra, permanecieron fieles a la fe católica. Su castillo de Wardour fue destruído en tiempos de Cronwell.
En el siglo XVIII, en un clima más tolerante, pudieron edificar un castillo nuevo. Lo dotaron con una magnífica capilla dedicada a Todos los Santos, y que sin embargo quedaba disimulada en el exterior (como puede verse en la primera fotografía), ubicada entre las habitaciones y la lavandería, por estar todavía prohibido el edificar iglesias católicas. Dicha capilla ha servido a generaciones de católicos de la zona.
Esta capilla tendrá también, a partir del 2 de marzo, una Misa regular con la Forma Extraordinaria del Rito Romano, los primeros sábados de cada mes, a las 11 de la mañana.
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