Sorprende que el cura párroco de Épila, tan tradicional, mantenga la sede delante del altar en lugar de colocarla a un lado, como parece más apropiado para no quitar protagonismo a dicho altar.
Admiro profundamente a este párroco que ya quisiera para mi parroquia, pero el comentario anterior es acertadísimo y en ese error caen otros buenos párrocos. El protagonismo es para quien es: EL SEÑOR, única y exclusivamente.
Yo he asistido a varias de las celebraciones de Épila, y solamente he visto la sede delante del altar de detrás, cuando se celebra de cara al pueblo. Cuando se celebra la misa tradicional, y se utiliza el altar antiguo, la sede no está ahí, pues sería imposible, ya que ese es el lugar que ocupa el celebrante durante la Misa. Y en una ocasión que ayudé a disponer el altar para una celebración tradicional, algunos le preguntaron al párroco porqué la sede estaba delante del antiguo altar, ya que queda escondida detrás del altar nuevo, y casi ni se ve al celebrante desde los bancos. Y don Miguel Angel, el párroco, nos mostró la estrechez de la parte alta del presbiterio que impide poner la sede a un lado. Pero nos comentó que quiere hacer obras de ampliación del presbiterio para que la sede quede a un lado del altar. El pueblo de Épila tiene cuatro iglesias con culto habitual, y en las otras tres, el párroco ya ha trasladado la sede a un lateral. Falta unicamente el la sede del altar de la parroquia principal. A ver si el párroco se anima, y soluciona también la ubicación de esa sede. Y de esa manera estará mucho mejor.
Veo que las apreciaciones de algunos comentarios tienen razón. Pero hay que tener en cuenta que a quien hace mucho, se le exige todo. Y a tantos sacerdotes que no hacen nada, no se les incomoda.
Disculpe pero creo que el altar antiguo se encuentra sin manteles dado que la fotografía está tomada durante los oficios del jueves santo, en los que una vez finalizados se desvisten los altares (detalle que creo que desconoce el autor del comentario). Dado que en el altar ” ad orientem” no se celebraría hasta después de los oficios de semana santa, seguramente se optó por desvestirlo antes de la ceremonia, evitando así confusiones al desvestir el altar mayor ( en el cual se celebraron los oficios del jueves santo) y el otro altar en el cual no se habían celebrado esos oficios. Siempre que he visitado este magnífico templo, he encontrado el altar vestido con los manteles, y se perfectamente que siempre se encuentra así, del mismo modo que los demás altares laterales del templo. Tuve la gran oportunidad de poder asistir a los oficios del domingo de ramos en Épila i poder comprobar con que dedicación se preparan estas solemnes ceremonias. Espero que el tiempo, y por supuesto el Señor me permitan volver al pueblo de Épila. Pero si la cuestión es buscar faltas, comparto la opinión del autor del anterior comentario plasmado en las dos últimas frases.
Sorprende que el cura párroco de Épila, tan tradicional, mantenga la sede delante del altar en lugar de colocarla a un lado, como parece más apropiado para no quitar protagonismo a dicho altar.
ResponderEliminarAdmiro profundamente a este párroco que ya quisiera para mi parroquia, pero el comentario anterior es acertadísimo y en ese error caen otros buenos párrocos. El protagonismo es para quien es: EL SEÑOR, única y exclusivamente.
ResponderEliminarYo he asistido a varias de las celebraciones de Épila, y solamente he visto la sede delante del altar de detrás, cuando se celebra de cara al pueblo. Cuando se celebra la misa tradicional, y se utiliza el altar antiguo, la sede no está ahí, pues sería imposible, ya que ese es el lugar que ocupa el celebrante durante la Misa.
ResponderEliminarY en una ocasión que ayudé a disponer el altar para una celebración tradicional, algunos le preguntaron al párroco porqué la sede estaba delante del antiguo altar, ya que queda escondida detrás del altar nuevo, y casi ni se ve al celebrante desde los bancos. Y don Miguel Angel, el párroco, nos mostró la estrechez de la parte alta del presbiterio que impide poner la sede a un lado. Pero nos comentó que quiere hacer obras de ampliación del presbiterio para que la sede quede a un lado del altar.
El pueblo de Épila tiene cuatro iglesias con culto habitual, y en las otras tres, el párroco ya ha trasladado la sede a un lateral. Falta unicamente el la sede del altar de la parroquia principal. A ver si el párroco se anima, y soluciona también la ubicación de esa sede. Y de esa manera estará mucho mejor.
Y el Altar antiguo sin manteles.
ResponderEliminarVeo que las apreciaciones de algunos comentarios tienen razón. Pero hay que tener en cuenta que a quien hace mucho, se le exige todo. Y a tantos sacerdotes que no hacen nada, no se les incomoda.
ResponderEliminarDisculpe pero creo que el altar antiguo se encuentra sin manteles dado que la fotografía está tomada durante los oficios del jueves santo, en los que una vez finalizados se desvisten los altares (detalle que creo que desconoce el autor del comentario). Dado que en el altar ” ad orientem” no se celebraría hasta después de los oficios de semana santa, seguramente se optó por desvestirlo antes de la ceremonia, evitando así confusiones al desvestir el altar mayor ( en el cual se celebraron los oficios del jueves santo) y el otro altar en el cual no se habían celebrado esos oficios.
ResponderEliminarSiempre que he visitado este magnífico templo, he encontrado el altar vestido con los manteles, y se perfectamente que siempre se encuentra así, del mismo modo que los demás altares laterales del templo. Tuve la gran oportunidad de poder asistir a los oficios del domingo de ramos en Épila i poder comprobar con que dedicación se preparan estas solemnes ceremonias. Espero que el tiempo, y por supuesto el Señor me permitan volver al pueblo de Épila.
Pero si la cuestión es buscar faltas, comparto la opinión del autor del anterior comentario plasmado en las dos últimas frases.
Enhorabuena al párroco y fieles de Épila. Un cordial saludo
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