sábado, 31 de marzo de 2012

La desobediencia de algunos sacerdotes

El blog La cigüeña de la torre vuelve a traer un caso de un fiel ninguneado en sus derechos al negarle un sacerdote la comunión en la boca. 

El presbítero que niega a un fiel la comunión en la boca o por estar arrodillado, no solamente está vulnerando un derecho que la Santa Sede le reconoce de forma oficial e inequívoca, sino que está dando el ejemplo contrario de lo que significa el ministerio sacerdotal: prepotencia, mala fe, desobediencia, falta de caridad, ataque a la unidad de la Iglesia, menosprecio de la propia Eucaristía al utilizarla como vehículo para desahogar su descontento y su frustración. ¿Cómo llega un párroco o capellán a hacer burla en público del ejemplo del Papa en medio de una Misa? la respuesta es muy sencilla: soberbia, falta de oración y de sacrificio, falta de verdadero amor a la Iglesia, resentimiento. En resumen: falta de santidad.

Bien señala el blog que el camino es la denuncia. Recientemente hemos sabido de otro caso en la ciudad de Málaga: un joven que fue vejado por arrodillarse para recibir la Sagrada Comunión. El párroco lo rodeó dejándolo de rodillas ante el altar, y dando la comunión al resto de los fieles.

El joven hizo lo que debía de hacer y escribió a su obispo. Recibiendo rápida respuesta del Obispo de Málaga pidiendo disculpas por lo ocurrido e indicándole que podrá comulgar de rodillas sin ningún problema. 


3 comentarios:

  1. Me alegra que el Obispo de Málaga sea tan rápido en responder, en Obispo de Ciudad Real, tengo constancia, que en casos similares ni responde, marea la perdiz con su secretario, con el vicario judicial, para al final no dejar nada claro.

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    1. ¿Para cuándo, por fin, una Misa tradicional en Ciudad Real?

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    2. Gracias, blogger, por decirlo tan bien, tan alto y tan claro. Señalas con el dedo LA SOBERBIA, pecado capital donde los haya. Ni más ni menos que el pecado de Lucifer contra Dios. Así es en estos casos.Estamos hartos, muy hartos, hartísimos de este tipo de "sacerdotes".
      ¡ALABADO Y ADORADO SEA EL SANTÍSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR!

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