Un amigo y lector nos envía esta fotografía de la Capilla de la Congregación del Santísimo Cristo de la Fe y María Inmaculada Reina de los Ángeles, llamada de los Alabarderos, en El Pardo, Madrid, España. Con el altar dispuesto según la catequesis litúrgica del Santo Padre: con crucifijo central y seis candeleros.
Preside la capilla la imagen del Cristo que procesionaba hasta hace unos años. La nueva talla procesiona el Viernes Santo desde el Palacio Real de Madrid -ver salir el Cristo por la Puerta del Príncipe es uno de los más emotivos momentos de la Semana Santa Madrileña- hasta la Catedral Castrense ya que se trata de una Congregación del Arzobispado Castrense.
Habría que cuidar más ciertos detalles, que esa cera de difuntos para el Santo Sacrificio...
ResponderEliminarNo veo que sea cera negra de difuntos. Preciosa imagen. Es curioso cómo muchas Cofradias son las que están manteniendo vivas muchas tradiciones litúrgicas.
ResponderEliminarEsta Cofradía en concreto es una de las más célebres de Madrid y si no me equivoco la única que en vez de salir desde un templo sale nada menos que por la puerta principal del Palacio Real de Madrid y portada y escoltada por alabarderos y miembros de la casa de Su Majestad el Rey.
En el culto católico no existe más color de velas que el blanco y el amarillo, o lo que es lo mismo, el color de la cera refinada y de la que está sin refinar. La cera blanca es la utilizada normalmente, restringiéndose la amarilla -que es la que aparece en la foto- a las misas y oficios de difuntos, a los maitines de tinieblas de Semana Santa y al Viernes Santo. Hay autores, sin embargo, que consideran lícita la utilización de la cera amarilla en el Oficio y Misa del tiempo de Adviento y Cuaresma, quizá el rector de esta capilla sea seguidor, litúrgicamente hablando, de alguno de estos autores.
ResponderEliminarLas velas negras, verdes, azules o rojas son desconocidas en el culto católico, por lo que si bien se pueden tolerar, allá donde exista costumbre, en actos de piedad, procesiones o en la decoración de altares de culto, no han de utilizarse como velas de altar, ni en en los ciriales de la cruz procesional, ni allá donde, en definitiva, cumplan una función estrictamente litúrgica.