miércoles, 1 de febrero de 2012

Abadía de Le Barroux

La web Romualdica reproduce un artículo de la revista 30Giorni, dedicado a la Abadía benedictina tradicional de Le Barroux, en Francia.

Dicho artículo, en lengua italiana, permite conocer la historia de esta singular abadía, y bendecida con múltiples vocaciones.

Fue en 1970 cuando Dom Gérard Calvet, procedente de otro monasterio, se establecía en la pequeña capilla de Bédoin, en la Provenza, consagrada a Santa María Magdalena. En los años turbulentos del postconcilio, deseaba únicamente continuar su vida religiosa sin dejarse tentar por ningún experimento de renovación doctrinal o litúrgica, que encontraba mucho más pobre respecto a la riqueza "antigua y siempre nueva" de la tradición: plegaria, silencio, trabajo manual, uso del latín, liturgia tradicional. A los tres días y para sorpresa de Dom Gérard se presentó un joven que pidió con insistencia ser acogido como novicio, y al cabo de un año fueron once en la comunidad.

El apego a la tradición provocó una natural simpatía hacia las posiciones del Arzobispo Marcel Lefebvre, quien realizó las primeras ordenaciones en el año 1974. Por este motivo, la nueva comunidad fue expulsada de la Congregación de benedictinos de Subiaco.

En 1980 fue puesta la primera piedra del nuevo monasterio, en Le Barroux, Francia.

En 1988 el Papa Juan Pablo II promulgó el motu propio Ecclesia Dei Adflicta, permitiendo el uso de la liturgia tradicional, y ese fue un día de fiesta en el monasterio. Se resolvía así la situación canónica de una comunidad que había deseado preservar a un tiempo la liturgia tradicional y la fidelidad al Papa.

Y así, en 1989, el Cardenal Gagnon, acompañado del Obispo de Avignon, consagró solemnemente la iglesia del nuevo monasterio, gesto público que hacía visible la plena comunión de Le Barroux con la Iglesia.

El monasterio cuenta hoy con 52 monjes, muchos muy jóvenes, y con una edad media de 46 años. A los que hay que añadir otros 13 que han fundado una nueva comunidad en el sudoeste de Francia. Y, según la tradición benedictina, viven exclusivamente de su propio trabajo.

En palabras del Abad Louis Marie, amigo y discípulo de dom Gerard "la liturgia tradicional es más rica en signos que nos recuerdan de donde proviene la fe, y que enseña que nosotros no somos más grandes que nuestros Padres, sino que transmitimos solamente lo que hemos recibido".

Romualdica


3 comentarios:

  1. Cuánto debieran aprender los miembros mundanizados de otras órdenes de estos, y tantos otros, que como ellos dicen, "no somos más grandes que nuestros Padres, sino que transmitimos solamente lo que hemos recibido".

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  2. Verdaderamente, una Abadía digna de ser visitada y querida.

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  3. Que ejemplo para otras ordenes monásticas que no solo no quieren tomar el antídoto contra el veneno que los esta matando sino que siguen empeñados en pedir más dosis de veneno.

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