Loyola y fin

El revuelo por la actitud de los Jesuítas  y el Obispo de San Sebastián, Monseñor Munilla, en el Santuario de Loyola nos obliga a hacer esta clarificación, que hubiéramos querido ahorrarnos.

Nuestra opinión personal es que la historia es básicamente cierta.
Los jesuítas con certeza boicotearon la Misa tradicional. No la quieren en su santuario y encontraron el pretexto en la coincidencia de Misas. No querían que los miles de jóvenes que había ese día en Loyola, entraran luego al santuario y se encontraran con una Misa tridentina.
Monseñor Munilla no estuvo a la altura, por acción u omisión. El es responsable de que se obedezca al Papa en su diócesis, y la instrucción Universae Ecclesiae lo deja bien claro: "También en los santuarios y lugares de peregrinación se ofrezca la posibilidad de celebrar en la forma extraordinaria a los grupos de peregrinos que lo requieran".
Este problema no existiría si el Obispo de San Sebastián se hubiera ocupado de acoger también a los peregrinos tradicionales, como hizo el día antes Monseñor Iceta, Obispo de Bilbao.
No ha habido buena voluntad en Loyola. Bastaba con haberles facilitado una capilla o haber esperado a que la otra Misa acabara. Y los jesuítas no son tan lerdos como para ahogarse en un vaso de agua. Malos, puede. Pero no tontos.

Decidieron los dirigentes de Juventutem, junto a los amigos vascos que los acompañaban, que este hecho no trascendiera, quizás porque las celebraciones de la JMJ no han hecho más que empezar; quizás por la labor que los propios grupos pro Misa tradicional en el País Vasco pretenden hacer. Sin embargo, en esta época de la comunicación vertiginosa, cualquiera desde un simple móvil puede acceder a internet y comunicar lo que ha pasado. Así que el filtro no funcionó y al día siguiente el suceso estaba colgado en dos páginas webs masivamente leídas en ambientes tradicionales: Messa in Latino y Rorate Caeli, una italiana y otra británica. Nuestra web se limitó a reproducir lo contenido en ambas webs porque, de hecho, ya estaba internacionalmente divulgado y, también lo está ya en francés en Le Forum Catolique.

Los amigos de Misa Tridentina Bilbao están preocupados; temen que esto les perjudique y que los vean como promotores de la noticia, y no saben como desvincularse. Nadie los ha señalado, y desde luego podemos decir claramente que, por diversos cauces, han intentado que nosotros retiremos la noticia de nuestra web. A lo que nos hemos negado, porque damos fiabilidad a las fuentes de Messa in Latino y porque, digan lo que digan, la Misa estaba prevista hace tres meses y los jesuítas, con Monseñor Munilla "de cuerpo presente", se las ingeniaron para que no se oficiara. Y ese hecho básico es indiscutible.

Finalmente, Misa Tridentina Bilbao ha sacado este comunicado:

"Recientemente ha aparecido en un blog de información sobre la Misa tradicional, Messa In Latino, un artículo, de el que ya se han hecho eco otros blogs, en el que entre otras cosas, se acusa a Mons. Munilla, obispo de San Sebastián, de impedir que Juventutem celebrase la Misa en el interior del santuario. Esta información es INCORRECTA. La Misa fue cancelada por un fallo de coordinación de los responsables del santuario y no hubo malicia ni ánimo de marginar a los peregrinos en ningún momento. Ni por parte de la Compañía de Jesús ni del obispo. De hecho, tras la Misa, algunos miembros de Juventutem se acercaron a Mons. Munilla para informarle de los hecho, ante lo cual el obispo lamentó lo ocurrido. Quien escribe esto es testigo, de primera mano y sin hacer referencia a otras páginas. Rogamos que aquellos que han publicado sobre este asunto rectifiquen o supriman estas acusaciones, cuyo único fin es crear una polémica artificial y nociva".

Sin ánimo de entrar en una guerra entre "webs tradicionales", diríamos que si se hace una aclaración debe hacerse totalmente fiel a la verdad. Y los mismos responsables de Misa Tridentina Bilbao dieron a esta web, por correo electrónico, una explicación mucho menos idílica de lo que han contado en su web. En ella se exculpa al obispo, es cierto, pero hacen referencia al enfrentamiento en la sacristía de Loyola, con la negativa del Rector jesuíta, que pidió al sacerdote que iba con los peregrinos que concelebrara, se negó a abrir el santuario y quiso mandarlos a celebrar al campo. A lo que finalmente los peregrinos tradicionales se negaron, trasladándose la Misa a Amorebieta.

Lo siento amigos, pero no es justo que, para evitaros problemas, dejéis en entredicho la honorabilidad de páginas que trabajan para exigir respeto por las normas dictadas por la Santa Sede para la Liturgia tradicional.