viernes, 6 de enero de 2017

Sobre la Orden de Malta

Traducción de un artículo de Ed Condon publicado en Catholic Herald:
¿Una investigación del Vaticano sobre la Orden de Malta? Legalmente, no tiene sentido 
Imagine que el Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido recomienda la creación de una comisión para investigar el despido del Ministro de Hacienda canadiense. A buen seguro, plantearía cuestiones jurídicas. Ésto es, poco más o menos, lo que la Secretaría de Estado del Vaticano hizo poco antes de Navidad, cuando sugirió que el Papa nombrara una comisión para investigar e informar sobre el despido del Gran Canciller de la Orden de Malta. 
Hay ciertamente controversia sobre el reciente despido de Albrecht von Boeselager como Gran Canciller. El mismo ha afirmado haber sido destituido por ser "un católico liberal"; Pero el Gran Maestre de la orden, fray Matthew Festing, ha aducido "una situación extremadamente grave e insostenible" con respecto al trabajo anterior de von Boeslager como Gran Hospitalario de la Orden. 
Nada de esto explica por qué el Papa ha abierto una comisión investigadora. La Orden de Malta es, sin duda, una organización católica. Pero es única por ser totalmente soberana en cuanto a su gobierno. El Gran Maestre no es nombrado por el Papa, sino elegido por el Consejo de Estado completo de la Orden. Después de su elección, el Gran Maestre simplemente informa al Papa del hecho de su elección, antes de prestar juramento (Carta Constitucional de la Orden, artículo 13 §3). 
Si bien la Orden reconoce la autoridad del Papa como cabeza de la Iglesia, no es un organismo bajo el gobierno de la Santa Sede. En cambio, la Orden mantiene relaciones diplomáticas con el Vaticano, incluido un representante formal, igual que cualquier otra nación soberana. En efecto, si bien la Orden Soberana Militar de Malta no tiene ejército ni está radicada en la isla de Malta, es muy soberana, tiene relaciones diplomáticas completas con más de 100 países y la misma condición de observador permanente en las Naciones Unidas que tiene la Santa Sede. 
La Orden podrá ser católica, pero su Carta Constitucional aclara específicamente: 
"El carácter religioso de la Orden no perjudica el ejercicio de las prerrogativas soberanas relativas a la Orden en la medida en que es reconocida por los Estados como sujeto de derecho internacional". 
En otras palabras, no responden ante el Vaticano, punto final. En este sentido, la comisión creada por el Papa Francisco para investigar formalmente el despido de von Boeselager es jurídicamente incoherente. ¿Por qué lo hizo? 
Parece que el Papa actuó siguiendo el consejo de su propia Secretaría de Estado. Esto es ciertamente lo que cree la Orden, que en una declaración atribuyó la creación de la comisión "al resultado de un malentendido por la Secretaría de Estado de la Santa Sede". Esta amenaza implícita para el autogobierno de la Orden llevó al Gran Maestre a "aclarar respetuosamente la situación ... en una carta al Sumo Pontífice exponiendo las razones por las cuales las sugerencias hechas por la Secretaría de Estado eran inaceptables". 
Si bien el Papa podría razonablemente tener interés por las circunstancias que rodearon el despido del Gran Canciller de la Orden, es difícil imaginar cómo la Secretaría de Estado pretende investigar o intervenir en el gobierno interno de un estado soberano con el que tiene relaciones diplomáticas. 
Se ha sugerido que el Vaticano necesita investigar el papel del Cardenal Burke, ya que es el Cardenal Patrono de la Orden y el representante del Papa ante ella. Pero la posición del cardenal Burke no tiene que ver con este debate. 
Jurídicamente hablando, el Gran Maestre estaba enteramente en su derecho, de acuerdo con las leyes que gobiernan la Orden, para exigir la renuncia de von Boeselager bajo su promesa de obediencia. Las únicas exigencias para ello son, en primer lugar, que se haga por una causa seria y justa y, en segundo lugar, en presencia de dos testigos (artículo 63 §2 del Código de la Orden). 
Fue por esta razón que el Gran Comendador y el Cardenal Patrono estuvieron presentes en la reunión entre von Boeselager y el Gran Maestre. Dada su seriedad y su resultado esperado, era totalmente correcto que el representante del Papa fuera invitado a ser testigo. Tras el incumplimiento de obediencia de Boeselager, al no renunciar como se le había ordenado, fue el Gran Comaendador, con el respaldo de todos los funcionarios internos pertinentes de la Orden (no el Cardenal Patrono) quien inició el proceso para su destitución. En suma, se trataba de un asunto interno tratado según el procedimiento correcto, y que no implicaba al cardenal Burke, salvo como testigo pasivo. 
Sin embargo, la Secretaría de Estado no muestra señales de retroceso. Este fin de semana, el cardenal Parolin, secretario de Estado del Vaticano, informó que la Orden estaba en una "crisis sin precedentes" y que la investigación seguiría adelante "y luego veremos". 
Lo que el Cardenal Parolin espera lograr con esta medida resulta tan poco claro como su base legal, pero forzar una investigación vaticana podría resultar una maniobra muy peligrosa. La Orden de Malta tiene exactamente la misma posición en el derecho internacional que la propia Santa Sede. Al negar esencialmente la soberanía de la Orden, la Secretaría de Estado del Vaticano está socavando su propia legitimidad diplomática.
El Gran Maestre de la Orden y el Cardenal Parolin

6 comentarios:

  1. El Papa Fransisco hará lo posible por meterle el pie a todo lo que tenga que ver con el Cardenal Burke , Lo tratara de atacar a toda costa, con el odio, la soberbia y el rencor que le caracterizan .

    Saludos Cordiales

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  2. Esto es inaudito! Se está conculcando y violando el Derecho Internacional! Pero se da cuenta el Papa Francisco que al permitir esto socava el prestigio de la Santa Sede? O es que no le importa nada con tal de humillar o tal vez pisotear el prestigio y la conducta intachable del Eminentísimo Cardenal Burke?
    Se da cuenta el Papa de que esta actuación contra derecho tiene todos los visos de una venganza contra los Dubia?

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  3. Parece que el Cardenal Secretario de Estado sigue pensando que la Santa Sede tiene legitimidad para intervenir la Orden, mientras que ésta considera que no la tiene y supongo que se resistirá a la intervención. Vamos a asistir a un choque de trenes.

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  4. Anónimo dijo...
    Papa Francisco no va a contestar la Dubia. Se ve que es un hombre rencoroso. Qué Viva el Cardenal Burke, esperanza de muchos.

    Gratias

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  5. Jurídicamente, es como si la Santa Sede nombrase una comisión para investigar la destitución de Jorge Fernández Díaz como embajador de España en Londres. No tiene ningún sentido.

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  6. Perdón, pero no es la Santa Sede como país soberano quien ordena abrir una investigación sobre asuntos internos de otra nación. No. Es la Oficina de la curia vaticana sobre religiosos quien desea sabe qué clase de desórdenes están ocurriendo en una de sus órdenes religiosas.

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